IV Jornadas de la Vicedirección de Colecciones y Documentación del MNCN-CSIC

Autor:
  • Carmen Martínez

 

Un museo de historia natural es mucho más que un acervo de especímenes arcaicos reunidos a lo largo del tiempo. Las colecciones del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) son imprescindibles para entender la historia de la ciencia en nuestro país. Sus conservadores son los responsables de cuidar este legado y hacerlo accesible a la comunidad científica. En las IV Jornadas de la Vicedirección de Colecciones y Documentación, celebradas el 5 y 6 de junio de 2019, se ha hablado del pasado, presente y futuro de las colecciones, y de cómo el Museo apuesta por la innovación tecnológica.

 

Nos trasladamos al siglo XIX cuando se llevó a cabo la expedición de la Comisión Científica del Pacífico (1862-1866), cuyo objetivo era recolectar animales, plantas y minerales para enriquecer los fondos de los museos españoles. En 1866 se organizó una exposición en el palacio de Villanueva donde se exhibieron 80.000 especímenes recolectados en la expedición. El material quedaría almacenado en el Jardín Botánico y no pasaría a formar parte de los museos hasta 14 años después. Los moluscos del viaje al Pacífico fueron estudiados por Joaquín González Hidalgo, el malacólogo más importante de la época; Patricio Paz y Membiela, el militar que presidió la Comisión y también un gran malacólogo; y Francisco de Paula Martínez y Sáez, el principal recolector de moluscos durante el viaje. Gracias a Manuel Almagro, cronista oficial de la expedición, y los catálogos de Hidalgo, sabemos que en el Museo ingresaron 40.000 especímenes de 600 especies de moluscos. Entre 1872 y 1879 se publicaría el libro Moluscos del Viaje al Pacífico en tres volúmenes. Actualmente, los conservadores de la colección de malacología están revisando minuciosamente los ejemplares de moluscos marinos y de agua dulce de la colección que no habían sido estudiados.


Un gran naturalista de esa época fue Felipe Poey (1799-1891), que nació en Cuba cuando la isla pertenecía a España. Era un hombre ilustrado que escribió cientos de páginas, desde artículos y libros científicos hasta prosa y poesía. Aunque escribió sobre la geografía e historia natural de Cuba, su obra más relevante fue Ictiología Cubana; también publicó el primer trabajo que se conoce sobre los lepidópteros de Cuba. En 1840 lo nombraron director del Museo de Historia Natural de Cuba, un museo que abrió con las colecciones que tenía almacenadas en su casa: aves, mamíferos y peces, así como moluscos e insectos, además de semillas, maderas y minerales. En 1855 conoció al entomólogo del Museo Laureano Pérez Arcas, uno de los fundadores de la Sociedad Española de Historia Natural (1871), con el que intercambió insectos y moluscos además de abundante correspondencia que se conserva en el Archivo del MNCN. Gracias a Pérez Arcas, Poey entró en contacto con Graells, director del Museo entre 1851 y 1868; ambos le ayudaron con sus publicaciones sobre peces. En 1863, le comisionaron para adquirir objetos de historia natural para el Museo. Escribió mucho sobre moluscos en distintos libros, entre ellos Lecciones de zoología a las damas que fue publicado en Nueva York en 1872. Poey, quien describió 132 nuevas especies, reunió la colección de moluscos terrestres y de agua dulce de Cuba más completa de la época. Se la vendió a Paz y Membiela por 2.500 pesetas y desde 1873 forma parte de la colección de moluscos del MNCN. Gracias al trabajo de Poey y de otros muchos naturalistas, sabemos que en Cuba existen 1.400 especies de moluscos terrestres, el 96% endémicos, lo que convierte a la isla en uno de los puntos calientes de biodiversidad del Planeta. Actualmente, se está poniendo al día la colección de Poey, de la que hasta ahora se han catalogado 252 lotes.


La colección de Invertebrados del MNCN ha cambiado de denominación a lo largo de su historia, en función de los grupos que la integraban, algunos de los cuales, como los artrópodos, moluscos o nematodos, ahora tienen colección propia. Actualmente reúne casi 138.000 ejemplares de 27 grandes grupos animales, incluidos los procordados, como el anfioxo, y siete grupos de organismos unicelulares. Los grupos mejor representados son: Anélidos (casi la mitad de los ejemplares, el 95% son Poliquetos), Briozoos, Cnidarios, Equinodermos, Poríferos, Platelmintos, Tardígrados y Foronoideos. Los ejemplares proceden principalmente de la península ibérica, costas del Caribe, Pacífico centroamericano y australiano y Océano Glacial Antártico. Se conservan 345 holotipos y material tipo de 443 especies. El origen de esta colección se remonta a 1771, cuando se creó el Real Gabinete de Historia Natural; hay 6.000 piezas históricas, 300 de las cuales, en su mayoría esponjas y corales, son de esa época. Se han etiquetado 65 especímenes colectados por la Comisión Científica del Pacífico. En torno al 70% de los ejemplares, y siete de cada diez holotipos, han ingresado en la colección después del año 2000. En este tiempo se han desarrollado métodos de conservación más eficaces, se ha estudiado una parte significativa del material histórico y se ha establecido una estrecha colaboración con más de 30 centros de investigación, españoles y extranjeros.


Las prácticas en la colección de ictiología de una conservadora que es licenciada en historia del arte y diplomada en conservación y restauración de bienes culturales, ha servido para mostrar una visión transversal de la conservación de colecciones desde una perspectiva científica y otra cultural. Durante su estancia se encargó de revisar y actualizar la base de datos de la colección de peces naturalizados, que consta de 297 ejemplares, de los que una decena son de mediano y gran tamaño, y los pequeños, más de 250, se encuentran sobre tabla; además, se conservan otras piezas como picos, espadas, sierras, etc., y el único pez liofilizado de la colección. También elaboró una nueva base de datos, a la que incorporó las fotografías que había hecho, y redactó un informe sobre conservación preventiva de las piezas y su correcto almacenaje. Si bien la investigación en las colecciones es principalmente científica, no hay que olvidar la parte histórica y documental, básica para conocer mejor los fondos. Respecto a la conservación preventiva, al tratarse de ejemplares históricos de origen orgánico, sus requisitos de conservación son similares a otros objetos que se conservan en otros museos, como los pergaminos. La experiencia ha mostrado que nuestro objetivo es común: la conservación del patrimonio, y que el trabajo en equipo de personas procedentes de distintos mundos es muy enriquecedor.


¿Qué es un archivo? Un archivo es una colección organizada formada por documentos que, en este caso, proceden del Museo o están relacionados con él. Un documento no es un papel, sino una información contenida en cualquier soporte, que es el objeto donde se almacena la información. En nuestro archivo hay documentos textuales: 2.000 unidades de instalación (cajas), e iconográficos: 20.000 documentos fotográficos y 12.500 dibujos y grabados. El Archivo MNCN reúne toda la documentación que se genera durante su funcionamiento y las labores realizadas por los investigadores, conservadores, personal de administración, etc. Se siguen dos principios generales de organización: principio de procedencia y principio de respeto al orden original de los documentos. Para organizar los fondos tenemos el cuadro de clasificación, en el que se sigue un orden jerárquico. Uno de los fondos más difíciles de organizar es el Fondo de Personal Científico, porque los investigadores de siglos pasados trabajaban en temas muy diversos, lo que dificulta su clasificación. Finalmente se ha abierto un apartado para cada persona. Los objetivos de un archivo consisten en reunir la documentación, mantenerla organizada, conservarla y difundirla. Un aspecto importante es la necesidad de mantener el equilibrio entre la conservación y la difusión, por ello apostamos por la digitalización, que facilita la difusión y evita que el ejemplar se dañe por el uso. Actualmente además de la atención personalizada al usuario el Archivo desarrolla distintas actividades como exposiciones, visitas, etc., con el objetivo de difundir su contenido.


Bucear en el Archivo MNCN puede revelarnos historias sorprendentes como El dibujante de peces Miguel Cros y la impostura de Juan Bautista Bru. Al final del reinado de Carlos III, el conde de Floridablanca, entonces Secretario de Estado, encargó al Comisario de Guerra de Marina Antonio Sáñez Reguart un informe sobre la situación y necesidades de las pesquerías españolas para aumentar el número de capturas, ya que habían disminuido. Había que sustituir la importación de pescado por otros peces procedentes de nuestros mares, en una época en la que España carecía de obras sobre la fauna de sus costas, a excepción de Cataluña y Galicia. Sáñez elaboró un tratado sobre los peces de la España peninsular, para el que contó con las magníficas ilustraciones del pintor Miguel Cros. En 1773 escribió a Floridablanca para proponerle hacer una obra ilustrada de las producciones marítimas de España, acompañando la carta de un cuaderno con dibujos de peces recién sacados del mar, donde comenta que los dibujos se han mostrado a los pescadores, que los reconocieron por su nombre, admirados de la exactitud de los dibujos; al ver el cuaderno, el rey aprobó el proyecto. Sáñez y Cros viajaron por las costas españolas entre 1783 y 1787: Cros dibujaba los peces y Sáñez los describía. En ese período, Cros dibujó y coloreó 314 aguadas de fauna marina de las costas de Cantabria y 183 del Mediterráneo y golfo de Cádiz. Las aguadas eran tan buenas que Floridablanca dispuso que los dibujos fueran grabados e iluminados en la recién creada Real Calcografía. El encargo recayó en Juan Bautista Bru, disecador del Real Gabinete, que no dudó en apropiárselos, dado que no estaban firmados, haciendo estampar su nombre en muchas de las matrices de cobre. Aunque Bru fue desenmascarado inmediatamente por José Clavijo, director del Real Gabinete, solo a partir de las investigaciones de López Linage y Juan Carlos Arbex se ha sabido que Cros fue el verdadero artífice de los dibujos. Aun así, en muchas de las biografías y catálogos, Bru sigue figurando como autor de las aguadas y los grabados.


Una de las vías para el crecimiento de las colecciones de Historia Natural es la donación de particulares, la cual ha sido muy importante en los últimos años. Lamentablemente, los ingresos a través de proyectos de investigación son muy escasos, por lo que las colecciones de Aves Y Mamíferos han de crecen por vías alternativas a la investigación. Otra vía es la incorporación, tras sentencia judicial, de los ejemplares incautados por las autoridades competentes; y una tercera es la entrada de especímenes procedentes de Centros de Recuperación de Animales Silvestres, zoológicos, etc. Cuando se trata de una donación de particulares, la composición y volumen de cada colección es muy variable dependiendo del tipo de donante, que puede ser coleccionista, taxidermista o cazador. En aves hay muchos coleccionistas y algún cazador, mientras que en mamíferos casi todos son cazadores y lo que se dona son trofeos de caza; la donación la suelen hacer los herederos. En ningún caso se compra la colección y el único incentivo económico para el donante es la posible desgravación fiscal. Ante una donación de trofeos de caza surge el interrogante: ¿por qué le puede interesar al Museo una colección de este tipo? Desde el punto de vista científico, hay que pensar en si este material es una fuente potencial de ADN, si existen datos asociados de interés, y si el material esquelético puede ser útil para morfometría anatómica. Además, puede ser un recurso valioso para exposiciones o para talleres educativos. La relevancia de este tipo de material es evidente en el caso del elefante africano (Loxodonta africana) o el hipotrago (Hippotragus niger), dos piezas emblemáticas del MNCN. Un ejemplo de este tipo de colecciones es la colección de Luis Álvarez que consta de 137 ejemplares, entre los que se encuentran animales enteros naturalizados y especies no representadas en la colección, como el tar del Himalaya (Hemitragus jemlahicus) y el argali (Ovis ammon). Respecto a las aves, una colección interesante es la colección del ornitólogo Manuel Garrido, que reúne 300 aves naturalizadas de la provincia de Málaga, que está perfectamente etiquetada y datada, y la taxidermia es de buena factura. El donante usó la colección para sus estudios sobre las aves de la provincia, publicados en diversos libros y artículos.


La ponencia 'Los anfibios de Guinea Ecuatorial y el papel de las colecciones científicas' ilustra la importancia de las colecciones en la investigación. Guinea Ecuatorial es un país relativamente inexplorado desde un punto de vista científico y la colección de Anfibios y Reptiles del MNCN participa en un proyecto sobre la diversidad herpetológica de esta región africana, que comprende una parte continental y diversas islas entre las que destaca Bioko. Se ha elaborado un catálogo completo y actualizado de los anfibios de Guinea Ecuatorial con mapas detallados de la distribución de las 77 especies conocidas hasta la fecha, basado principalmente en los registros bibliográficos y en las dos colecciones más importantes de esta región, del MNCN y de la Estación Biológica de Doñana. La mayor parte de los ejemplares estaban sin identificar o la identificación era errónea. Los resultados indican que la diversidad herpetológica está lejos de conocerse, habiéndose registrado la presencia de nuevas especies en la región.


El MNCN, cuya vocación es decididamente europeísta, lleva más de 20 años participando en una serie de proyectos europeos. Las instituciones con colecciones científicas están trabajando para crear un museo europeo descentralizado, con estándares de trabajo comunes y accesible a toda la sociedad. CETAF es una red de investigación taxonómica que se fundó en 1996 y de la que el MNCN y el Jardín Botánico son socios fundadores. Es una organización no gubernamental, mantenida básicamente por las cuotas de los asociados, y actualmente cuenta con 33 miembros que representan a 59 instituciones de 21 países, entre los que se encuentran los museos de historia natural más importantes de Europa. El Museo también está involucrado en DISSCO, un foro de trabajo en el que participan 115 instituciones de 21 países, en el que se intentan establecer infraestructuras de investigación para toda Europa, posicionando las colecciones de ciencias naturales en el centro de la excelencia científica basada en datos e innovación, en áreas como medioambiente, cambio climático, seguridad alimentaria, salud y bioeconomía. Actualmente, todos los proyectos que se soliciten a Europa tienen que estar bajo el paraguas de DISSCO para que se tengan en cuenta. Además, el Museo participa en dos proyectos de investigación europeos: MOBILISE y SYNTHESYS PLUS. Este último es un proyecto que crea una infraestructura europea integrada para las colecciones de historia natural y MOBILISE es un proyecto para movilizar datos, políticas y expertos en colecciones científicas.


Son muchas las áreas de las Ciencias Naturales cuya investigación se basa en el estudio de material de colecciones. Concretamente, en los estudios morfológicos hay una gran demanda de colecciones especializadas, lo cual es un reto para los museos, pues al aumentar la manipulación de las piezas, también aumenta el riesgo de deterioro. El trabajo de investigación en los últimos diez años del grupo de Paleoantropología del MNCN le sitúa en buena posición para desarrollar la digitalización de la colección de Paleontología, que podría ser un punto fuerte del MNCN para solicitar un proyecto europeo dentro del programa DISSCO. En esta ponencia se presenta la infraestructura tecnológica del Laboratorio de Morfología Virtual del MNCN (ViMoLab) y se muestran algunos de sus trabajos. El interés de la virtualidad para la investigación se ve desde el primer escaneo de una momia descubierta en los hielos de los Alpes en 1992, hasta el estudio remoto de Homo naledi en 2015, que fue una de las diez publicaciones más importantes del año. El Laboratorio es una interfaz entre investigación, formación, colecciones y comunicación. El primer trabajo se hizo para el proyecto Cervantes, ya que, durante la búsqueda de los huesos del escritor, aparecieron momias infantiles que el Museo del Traje quería investigar. El segundo proyecto fue la conservación digital del megaterio del Museo, una pieza muy relevante desde el punto de vista histórico y científico. Un aspecto importante de este proyecto era la protección de los datos digitales, por lo que se ha patentado la nube de puntos como un software en el CSIC. De este modo, la digitalización de colecciones contribuye a la productividad del Museo.


Un ejemplo de la utilidad de los proyectos europeos se materializó en la estancia corta en 2019 en el Museo Finés de Historia Natural, financiada por el proyecto MOBILISE. El objetivo era conocer sus sistemas de digitalización, gestión y publicación de información de colecciones. Para ello se visitaron las colecciones de Vertebrados, Invertebrados y Entomología, así como los herbarios, y se ha tenido la oportunidad de estudiar los sistemas de gestión de la información de colecciones y los protocolos que siguen para compartir dicha información a través de un portal de desarrollo propio, y la forma de exportarla al portal de datos de GBIF. La visita ha permitido elaborar una propuesta para un proyecto de gestión integral de colecciones en el MNCN. Se trata de un sistema que permita, por un lado, registrar y almacenar todo tipo de documentación, ya sean imágenes (2D y 3D), documentos de texto y presentaciones (PDF, DOC, XLS, PPT, etc.), sonidos y vídeos (en sus distintos formatos), o cualquier otro tipo de documento digital y, por otro lado, desarrollar sistemas para generar, relacionar, consultar, publicar y compartir información que se alojará en servidores de Bases de Datos, así como las aplicaciones necesarias para la gestión, consulta y publicación de dichas Bases de Datos.


Esta entrada es sólo una breve síntesis de las interesantes ponencias que presentaron los conservadores e investigadores durante las Jornadas. Pulsando el enlace que figura en cada párrafo pueden seguirse cada una de las conferencias, que fueron grabadas por el equipo del Servicio de Audiovisuales y Mediateca del MNCN.


Referencia bibliográfica:


Cuartas Jornadas de la Vicedirección de Colecciones y Documentación. Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC). Madrid, 5-6 de junio de 2019. Libro de Resúmenes.