Tercera época (1910-1939)

El siglo XX comenzó para el Museo con su fondo museístico depositado en el suelo y en distintas salas del edificio que es ahora la Biblioteca Nacional de España, en el madrileño Paseo de Recoletos. Un lugar poco adecuado para la exposición de sus fondos, su cuidado e investigación.

El 2 de julio de 1901 se produce el nombramiento de un nuevo director, Ignacio Bolívar y Urrutia, naturalista y entomólogo de reconocimiento internacional, que emprendió la difícil tarea de encontrar una nueva sede. Esa reivindicación de un espacio propio ya venía recogida en el reglamento que se publicó en marzo de aquel año. En él se marcaban los objetivos con los que se intentaría impulsar el desarrollo de las Ciencias Naturales en España: formar colecciones, realizar expediciones científicas, promover y fomentar obras científicas de calidad y aumentar el número de volúmenes de la Biblioteca, entre otros. Además, con la reforma educativa del año 1901 se le atribuían al Museo funciones de investigación y enseñanza. También se decretó una organización del Museo en dos secciones, Geología y Zoología. El centro dependía de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central.

Ese mismo año de 1901 fueron importantes para el Museo las recolecciones, principalmente de fauna, que Manuel Martínez de la Escalera hizo en el Golfo de Guinea al formar parte de la Comisión de Límites que debía de fijar las fronteras entre España y Francia en aquella región. Aunque a finales del siglo pasado ya hubo incursiones científicas en ese territorio, fue ésta la que reunió una gran cantidad de importantes materiales, que después de su estudio por especialistas de todo el mundo, dio a conocer más de doscientas especies y veinte géneros nuevos. Otras expediciones se sucedieron en el continente africano, como las apoyadas por la Comisión de Estudios del Noroeste de África, creada en 1905, de la que Manuel Martínez de la Escalera fue nombrado Comisario. 

En suelo español hay que mencionar los trabajos realizados por Eduardo Hernández-Pacheco en yacimientos del Terciario en las dos Castillas, Madrid y Teruel para el estudio y la datación de restos de mamíferos y grandes tortugas terrestres.

En 1906 Ignacio Bolívar solicitó al Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes espacio disponible para el Museo en las dependencias de un edificio terminado en 1887, el Palacio de Exposiciones de la Industria y de las Artes, situado en el Paseo de la Castellana de Madrid, ubicación en la que el Museo se mantiene actualmente. Las colecciones de insectos y la Real Sociedad Española de Historia Natural fueron las primeras en llegar a la nueva sede, concretamente, se ubicaron en el salón alto del Pabellón Norte. El Museo no se instaló en todo el Palacio, pues la Escuela de Ingeniería Técnica Industrial ocupó una buena parte del mismo. El traslado de todo el fondo museístico se completó en 1910.

Detalle de la taxidermia Colonia de Abejarucos de José María Benedito
Detalle de la colonia de abejarucos naturalizados por José María Bendito. Colección de Aves MNCN. Servicio de Fotografía MNCN

En 1907 el Gobierno creó la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE), presidida por Santiago Ramón y Cajal. Su cometido principal era impulsar los estudios de nivel superior y adjudicar becas para realizar estancias de investigación en el extranjero para formación de los pensionados. El Museo, desconectado finalmente de la Universidad Central, se convirtió en un centro autónomo. Así, fuera de la enseñanza académica universitaria oficial, el Museo impartió sus propios cursos de formación y de prácticas orientados a la especialización y a la investigación. 

En este nuevo modelo de organización emergió la figura del jefe de sección como responsable de estudiar y fomentar las colecciones. Entre estos jefes de sección podemos destacar a Luis Lozano Rey, ictiólogo, José Royo Gómez, geólogo, Eduardo Hernández-Pacheco, paleontólogo o Cándido Bolívar Pieltáin, entomólogo. Otra figura sobresaliente fue Antonio de Zulueta y Escolano, pionero de la investigación genética en España y descubridor de la existencia de genes en el cromosoma sexual Y del escarabajo Phytodecta variabilis. Era también jefe del Laboratorio de Biología.

En 1910, la JAE se ocupó de la construcción de una Estación Alpina de Biología. La iniciativa partió del director del Museo, Ignacio Bolívar, quien había visitado varios jardines alpinos en Europa y promocionó la idea de crear un centro de esas características en la Sierra de Madrid. La Estación, adscrita al Museo, serviría de base a los investigadores y potenciaría los estudios de historia natural en áreas de montaña. El lugar adecuado lo encontraron en la Sierra de Madrid entre las localidades de Cercedilla y Navacerrada, en un enclave llamado El Ventorrillo, a 1.400 metros de altitud. Conocida como la Estación de El Ventorrillo, esta estación biológica se convirtió muy pronto en un magnífico centro de apoyo para los naturalistas. Aún sigue en pleno funcionamiento hoy día, utilizada por muchos investigadores del Museo y de otros centros nacionales y extranjeros, que estudian diversos aspectos de ecología, evolución, biodiversidad y conservación de la fauna y sobre ecosistemas de la Sierra del Guadarrama.

En 1912, se incorporó al Museo José María Benedito como jefe del Laboratorio de Taxidermia. Su hermano Luis fue becado por la JAE para conocer distintos laboratorios de taxidermia en Europa, especialmente, en Alemania, Francia y Holanda. Juntos, los dos hermanos Benedito realizaron hasta mediados del siglo XX las mejores obras de taxidermia que el Museo posee en la actualidad, como el elefante africano o la colonia de abejarucos.

Calco de arte prehistórico de la Península Ibérica
Pintura rupestre (cueva dels Cavalls, barraco de la Valltorta, Castellón). Autor: Francisco Benítez Mellado, 1917. Archivo MNCN, sig. ACN90D/003/02119.

En ese mismo año de 1912, fue fundada con sede en el Museo, la Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas, impulsada por la JAE. Esta Comisión se ocupó de hacer un inventario de las pinturas rupestres de la Península Ibérica y de que fueran calcadas y copiadas del original para conservar una réplica dibujada. Estos calcos  de pinturas rupestres de prácticamente toda la geografía española se conservan en el Archivo Histórico del Museo Nacional de Ciencias Naturales y su número asciende a más de 2.200 calcos. 

En 1913 llegó al Museo en barco desde Nueva York la donación de la réplica del esqueleto de un Diplodocus carnegii un dinosaurio del periodo Jurásico superior. El donante fue el magnate estadounidense Andrew Carnegie y el destinatario del donativo el rey Alfonso XIII, quien lo regaló al Museo. Carnegie había donado réplicas de este dinosaurio a otros museos de ciencias naturales, como los de Londres, París o Viena. El original se custodia en el Carnegie Museum of Natural History en la ciudad de Pittsburgh (Pensilvania, Estados Unidos). Operarios del Carnegie Museum ayudaron con el montaje de esta réplica de veinticuatro metros que llegó en treinta y cuatro cajas que sumaban más de cuatro mil kilos de peso. Se expuso en el gran salón o rotonda del Palacio que ocupaba la Escuela de Ingenieros. El salón en el que lucía la réplica en solitario fue inaugurado el 3 de diciembre de 1913 por la reina María Cristina de Habsburgo-Lorena. Constituyó un polo de atracción de visitantes para el Museo, que se contaban por miles. Hoy todavía es una de las piezas más emblemáticas del Museo Nacional de Ciencias Naturales.

También en 1913 el Museo cambió su denominación a la que tiene actualmente, Museo Nacional de Ciencias Naturales. El personal se había incrementado notablemente y se había especializado. Había jefes de sección, conservadores, disecadores, preparadores, colectores, taxidermistas, botánicos, profesores de biología; y personal auxiliar como conserjes, mozos de laboratorio y porteros. En 1920 el Museo ya contaba con siete secciones: Mineralogía; Geología y Paleontología; Osteozoología; Entomología; Malacología y animales inferiores; Hidrobiología; Microbiología. A estas siete secciones había que sumarles tres laboratorios: Biología, Taxidermia y Botánica.

El incremento de su actividad a todos los niveles se refleja también a través de la abundancia de sus publicaciones. Se publican numerosos artículos realizados por su personal en revistas científicas y también libros. Se componen series y monografía editadas por el propio Museo. De 1912 a 1939 se editaron 129 monografías de la serie Trabajos del Museo Nacional de Ciencias Naturales, con obras dedicadas a la geología, zoología y botánica. Se escribieron treinta y ocho volúmenes de las Memorias de la Comisión de Investigaciones Geográficas, Científicas y Prehistóricas y en 1925 se funda la revista de Entomología EOS, que pronto alcanzó renombre internacional. A todo esto, hay que añadir la participación en la actividad editorial que el Museo mantuvo con dos sociedades científicas, la Española de Historia Natural y la de Antropología. 

Este periodo fecundo de actividad científica y de labor museística, de participación en expediciones, de colaboración con otras instituciones, de participación en exposiciones, de organización de congresos, como el VI Congreso Internacional de Entomología en 1935, se vio truncado por la guerra civil española (1936-1939). 

El Museo cerró sus puertas y parte de los trabajadores se trasladaron a Valencia, incluido su director, Ignacio Bolívar. Una parte de su patrimonio se trasladó fuera del Museo para protegerlo de los bombardeos, como algunos ejemplares zoológicos valiosos, que se llevaron al Museo del Prado. La actividad investigadora se mantuvo con el poco personal presente hasta el final de la contienda. A cargo del Museo estaba Antonio de Zulueta, como director provisional, hasta su destitución pocos días antes de la entrada de las tropas franquistas en Madrid el 28 de marzo de 1939. 

Texto de Carolina Martín Albaladejo y Ana García Herranz

Para saber más:

 

Bibliografía 

  • Aragón, S. y Casado, S. (2012). Fauna ibérica en el Museo Nacional de Ciencias Naturales. Los grupos biológicos de los hermanos Benedito. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. ISBN 978-84-00-09496-6.
  • Aragón Albillos, S. (2014). En la piel de un animal. El Museo Nacional de Ciencias Naturales y sus colecciones de Taxidermia. Consejo Superior de Investigaciones Científicas y Ediciones Doce Calles. ISBN 978-84-00-09802-5.
  • Cánovas Fernández, C. (Coord.) (2019). Naturalezas recreadas: la obra taxidérmica de los hermanos Benedito. D.L.: M-31694-2019.
  • Cazurro, M. (1988). Ignacio Bolívar y las ciencias naturales en España CSIC, Madrid. (facsímil de la edición de 1921).
  • Doadrio, I.; Araujo, R. y Sánchez-Almazán, J. (eds.) (2019). Las Colecciones del Museo Nacional de Ciencias Naturales. Investigación y Patrimonio. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. ISBN: 978-84-00-10590-7. 
  • Gomis Blanco, A. y Peña de Camus Sáez, S. (eds.) (2011). Hace 100 años el Museo estrenó sede (1910-2010). Museo Nacional de Ciencias Naturales. ISBN: 978-84-615-1545-5. 
  • Gomis Blanco, A., Rodrigo Sanz, A.; Peña de la Camus, S.; Rey Fraile, I.; Rábano Gutiérrez del Arroyo, I. (2021). La Real Sociedad de Historia Natural: 150 haciendo historia. ISBN: 978-84-09-31008-1.
  • Martín Albaladejo, C.; Galera Gómez, A. y Peña de Camus, S. (2021). Una historia del Museo Nacional de Ciencias Naturales. Ediciones Doce Calles. ISBN. 978-84-9744-384-5.
  • Martín Albaladejo, C. e Izquierdo Moya, I. (eds.) (2011). Al encuentro del naturalista Manuel Martínez de la Escalera (1867-1949). Monografía n. º 25 del Museo Nacional de Ciencias Naturales. Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC). ISBN: 978-84-00-09413-3.
  • Peña de Camus, S. (ed.) (2022). Antonio de Zulueta (1885-1971): Primer genetista de España. Museo Nacional de Ciencias Naturales. Ediciones Doce Calles. ISBN: 978-84-9744-413-2.
  • Sánchez Chillón, B. y Pérez García, A. (2013) Diplodocus carnegii: 100 años en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, 1913-2013. (2013). Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC), Madrid, 38 pp.

 

Enlaces multimedia

 

Sigue descubriendo la historia del MNCN 

Primera época (1771-1814)

Segunda época (1815-1900)

Cuarta época (1939-1984)

Quinta época (1985-actualidad)

El Edificio