El grillo cascabel de plata

Autor:
  • Carmen Martínez

Aunque llama la atención por su canto, su presencia ha pasado inadvertida para los entomólogos de nuestro país durante siete décadas. Se refugia en túneles bajo la arena compacta de las lagunas hipersalinas donde vive, siendo un buen indicador de la calidad de los humedales manchegos. La colección de Entomología del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) conserva una parte importante de los ejemplares colectados en España.

 

grillo macho
Espécimen macho de Gryllodinus kerkennensis, colección de entomología
del MNCN. Imagen: José María Cazcarra.

La historia de su descubrimiento es curiosa, ya que fueron dos los entomólogos que encontraron a este llamativo grillo en 1893, aunque en tres países diferentes: España, Túnez y Argelia. Uno de ellos era el sacerdote castellano-manchego José María de la Fuente y Morales, conocido popularmente como el Cura de los Bichos. Este clérigo mantuvo contactos estrechos con las sociedades científicas de su tiempo y dedicó una gran parte de su vida a la entomología, particularmente al estudio de los coleópteros. De la Fuente encontró el grillo en su localidad natal, Pozuelo de Calatrava (Ciudad Real), y le denominó Gryllodes macropterus. Precisamente, su primera comunicación científica fue la descripción de esta especie.

 
Por otra parte, el francés A. Finot lo encontró en la isla de Kerkennah (Túnez) y en Biskra (Argelia), nombrándole Gryllodes kerkennensis. Hay que comentar que de la Fuente, en la presentación del ortóptero, señala que la frase descriptiva de la especie hallada por Finot es tan breve que no menciona caracteres muy importantes para el conocimiento y distinción de las especies de este género. La serie tipo de Gryllodes macropterus se conserva en la colección de Entomología del MNCN, mientras que los ejemplares tipo de Gryllodes kerkennensis colectados por Finot en Biskra (Argelia), macho, y la isla de Kerkennah (Túnez), hembra, se conservan en el Museo de Historia Natural de París.


Algunos años después de su descubrimiento ambos naturalistas admitieron que se trataba de la misma especie, pero como Finot había publicado su descripción el 12 de julio de 1893 y la del entomólogo español no se dio a conocer hasta el 4 de octubre de 1893, el nombre dado por el galo tiene prioridad según las normas del Código Internacional de Nomenclatura Zoológica.

 

grillo hembra
Hembra de Gryllodinus kerkennensis, colección de entomología de MNCN.
Imagen: José María Cazcarra.

A finales del siglo XIX hubo cierta confusión con la taxonomía de estos grillos y el entomólogo ruso A. Semenov defendía la hipótesis de que se trataba de especies diferentes, con el curioso argumento de que el grillo músico, que el escuchaba en las estepas del sur de Rusia, no podía ser el mismo que el encontrado en España por de la Fuente, pues conociendo la facilidad para la música del pueblo español, le extrañaba que no se hubiese descubierto antes.


En lo que sí acertaba Semenov es en que el canto de este grillo es extraordinariamente melodioso y recuerda el tintineo de una campanilla. Su trino, muy audible y repetitivo, lo emiten los machos agrupados en coros ruidosos que puede oírse a distancias de 200 y 300 m. Estos coros que se escuchan durante el crepúsculo y por la noche, pueden reunir hasta una veintena de machos en un espacio de menos de 200 m2, cerca de las orillas de las lagunas, donde las hembras también están presentes, pero en densidades mucho más bajas.


Por su amplia distribución, que se extiende por las zonas áridas, desiertos o semidesiertos de la franja meridional y occidental del Paleártico, desde Europa occidental y África del Norte hasta Asia central, podríamos pensar que se trata de una especie abundante y muy extendida.  Sin embargo, esto no parece ser así, al menos en la península ibérica, si tenemos en cuenta la ausencia de registros durante siete décadas, entre 1936 y 2007. Fue precisamente en 2007, cuando dos científicos españoles redescubrieron este ortóptero en España, único país de Europa occidental donde se ha citado.


Su presencia en nuestro país se restringe a algunas lagunas hipersalinas de Villacañas y Quero (Toledo), Pozuelo de Calatrava, Pedro Muñoz, Alcázar de San Juan (Ciudad Real) y Mota del Cuervo (Cuenca). Se desconoce si el territorio que ocupa es una reliquia del área que habitó en la península ibérica a finales del siglo XIX, cuando se llevaron a cabo los primeros estudios sobre la especie. Llama la atención la escasa información disponible sobre los lugares donde se colectaron los ejemplares y la descripción del hábitat, lo que impide conocer la evolución de la población española.


Hoy por hoy, G. kerkennensis permanece confinado a los anillos de vegetación halófila de esas lagunas manchegas. Afortunadamente, esas lagunas están situadas en reservas naturales de Castilla-La Mancha por su gran valor biológico y geológico. Ello no es óbice para que esta especie sufra un riesgo de extinción muy elevado debido al deterioro y desaparición de su hábitat, ya que la agricultura y el pastoreo de la zona reducen la extensión de estos rodales y las comunidades de plantas que los forman, aumentando la fragmentación del paisaje y creando barreras que dificultan la expansión del insecto.


Aunque algunos de estos enclaves están protegidos por la legislación regional y europea, hay que tener en cuenta que se trata de hábitats frágiles y muy vulnerables a diversas actividades humanas descontroladas, como vertidos de aguas residuales, acopios de escombros y otros desechos, etc. Otras actuaciones que también influyen en la supervivencia del grillo cascabel de plata, tienen que ver con los planes de gestión que se realizan para mejorar la conservación de las aves acuáticas como, por ejemplo, proyectos para aumentar el régimen hídrico con aguas residuales tratadas.

 

cura
Uno de los relieves del monumento erigido al Cura de
los Bichos
 de Felipe Coronado. Imagen: Emilio Martín.

Un proyecto que supone un riesgo real de extinción local de G. kerkennensis, afecta a la laguna La Inesperada (Pozuelo de Calatrava, Ciudad Real), donde el ortóptero mantiene una población pequeña y aislada. Así, el aumento del nivel del agua, a fin de potenciar las poblaciones de aves, sería incompatible con la supervivencia del grillo. Además, hay que tener en cuenta que el incremento de aves acuáticas y aves migratorias que utilizan estas lagunas como lugares de descanso, alimentación o reproducción, pueden afectar negativamente a la composición de los suelos y a las comunidades vegetales halófilas, y por tanto a los invertebrados que viven allí.


A día de hoy, lo que conocemos sobre la situación de este singular ortóptero, justifica la necesidad de incluirlo como especie prioritaria en los programas de conservación, así como el que se introduzca en la lista roja española de la fauna de invertebrados, ya que en 1985 no se pudo incluir en el Libro Rojo de los Ortópteros Españoles. Pero más allá del evidente interés de conservar una especie que está gravemente amenazada en Europa occidental, hay que pensar también en su valor como indicador de la calidad de los paisajes esteparios y las lagunas hipersalinas.


Y hacia ellas nos dirigimos ahora para encontrarnos con este insecto que, por el hábitat que ocupa, poco frecuentado, y por su modo de vida, muy discreto, es desconocido. En este tranquilo paraje cuando llega el anochecer todo cambia, los grillos salen de su escondite bajo la arena y se ponen a cantar, y su melodioso canto inunda el ambiente cautivando a los testigos. Sin duda, un modo de llamar la atención sobre este insecto poco conocido era asignarle un nombre que le hiciese popular, como hicieron sus redescubridores, los entomólogos Pedro J. Cordero y Vicenta Llorente, llamándole grillo cascabel de plata. De este modo, haciendo honor a su atractivo canto, se acerca a la gente un animal que encaja cabalmente con la greguería del brillante escritor Ramón Gómez de la Serna: “El grillo mide las pulsaciones de la noche”.


Referencias bibliográficas:


Cordero, P. J., Llorente, V. 2008. New data on the "silver-bell cricket" (Orthoptera, Gryllidae), a forgotten and overlooked cricket subject to a high risk of extinction in western Europe. Graellsia, 64(2): 171-80.


Cordero, P. J., Llorente, V. 2009. Un insecto redescubierto: el grillo cascabel de plata. Quercus, 286: 32-38.


Fernández-Carrillo, J. L., Fernández-Carrillo, E. 2005. José María de la Fuente: 150 años del nacimiento del “cura de los bichos”. Boletín Sociedad Entomológica Aragonesa, 37: 373 – 379.


Fuente, J. M., 1894. Dos nuevos ortópteros de España. Actas de la Sociedad Española Historia Natural, 22: 137-138.