La plaga que cambió el mapa del viñedo en España

Autor:
  • Carmen Martínez

 

La filoxera (Daktulosphaira vitifoliae) es un insecto de origen americano que se alimenta de las raíces y las hojas de la vid. Está considerada como la plaga más devastadora en la historia de la viticultura mundial, que provocó el fin del cultivo tradicional de la vid en Europa: más de cinco millones de hectáreas de viñedo tuvieron que ser arrancadas en el continente entre 1870 y 1930. El Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) conserva valioso material del estudio que realizó el antiguo director del Museo, Mariano de la Paz Graells, sobre esta plaga.

 

Durante la segunda mitad del siglo XIX los viñedos de Europa fueron atacados por tres plagas de origen americano que provocaron una crisis vitivinícola sin precedentes. Dos de las plagas, el oidium y el mildiu, son inducidas por hongos y sólo podían ser combatidas con tratamientos químicos, azufre en el caso de la primera y sulfato de cobre en el de la segunda. Ambas plagas dañaban las hojas y las uvas, pero no mataban la vid. La crisis, iniciada con la plaga de oidium y agravada con el mildiu, alcanzó un nivel inédito con la filoxera, una plaga producida por un insecto minúsculo que fue introducido en Europa hacia 1863 junto con plantas importadas de Estados Unidos.


Se trataba de un hemíptero que parasitaba la vid americana, en la que vivía sin dañarla, pero al transferirlo a la vid europea se descubrió que devastaba sus raíces provocándole la muerte. La filoxera había sido descrita por vez primera en Estados Unidos en 1854 como Pemphigus vitifolii por el entomólogo Asa Fitch, un nombre que un año después se corrigió a P. vitifoliae, y Schimer transfirió al género Daktulosphaira, resultando en el nombre válido con el que lo conocemos hoy. Otros entomólogos le darían otros nombres, aunque el más empleado hasta nuestros días fue el que le dio el francés Planchon en 1868, Phylloxera vastatrix.


El ciclo biológico de este parásito es muy complejo ya que presenta formas diferentes en distintos períodos de su vida. Existe una forma gallícola, o filoxera de las hojas, que son hembras ápteras que se reproducen por partenogénesis -sin fecundación- y otra forma radicícola, o filoxera de la raíz, que es la forma más dañina. El ciclo es diferente sobre la vid americana, donde se desarrolla el ciclo completo, que sobre la vid europea, donde sólo se produce la fase radicícola. También existe una fase sexuada, en la que las hembras ponen un único huevo, llamado huevo de invierno, sobre la corteza de las cepas y en primavera, coincidiendo con el brote de la planta, nacen las hembras fundadoras gallícolas que se instalan en las hojas y fundan las primeras colonias, completando así el ciclo de reproducción.


En su afán por hacer útil la ciencia entomológica a los agricultores, Graells estaba muy interesado en el estudio de los insectos que causaban plagas en los cultivos, y en el modo en que podía defenderse de ellos el agricultor. En 1875, antes de que la filoxera alcanzase España, el gobierno creó una comisión para dirigir los trabajos contra la plaga, a cuyo frente puso a Graells. Para escribir la memoria que el gobierno le había encomendado, tuvo que visitar las zonas afectadas en Francia, ir a los congresos agrícolas en los que se debatiese el tema, así como asistir a las conferencias internacionales filoxérico-diplomáticas de Lausana y Berna, en las que representaba a España como científico plenipotenciario. En 1881 publicó un documentadísimo informe de 1.014 páginas sobre la filoxera, en el que se abordaban aspectos zoológicos, agronómicos, fitosanitarios, legales, etc.


En contra de lo que preveían los estudiosos, la filoxera no entró en España por los Pirineos. Poco antes de promulgarse la ley contra la filoxera, el 9 de julio de 1878, que se demostraría ineficaz por la falta de fondos, se publicó la presencia del insecto en los viñedos del Lagar de la Indiana, una finca situada a 20 km de Málaga. Al parecer habían sido infectados por la importación de plantas traídas desde Burdeos; esa fue la causa, y no, como se intentó hacer creer a la gente, la acción de unos bandoleros de Ronda que la habrían traído desde Gibraltar. Un mes más tarde la plaga se había extendido a otras viñas y en 1879 el insecto invadía Cataluña. Entre 1896 y 1903 se extendió por el Valle del Ebro y en 1899 llegó a La Rioja.


Al parecer, su entrada en la Península Ibérica tuvo lugar durante los años 1870 por tres focos muy alejados entre sí: Oporto, Málaga y Girona. Los dos primeros fueron provocados por la importación de pies americanos. El tercero se produjo por la invasión natural desde Francia a través del Rosselló y los Pirineos Orientales. Posteriormente habría al menos otros focos provocados por la compra de pies americanos, siendo los de mayor repercusión los de Mallorca (1891), Pamplona (1896) y Valencia (1905-1906). Al contrario que en Francia, donde la filoxera en sólo dos décadas se extendió por todo el país, en la Península tardó medio siglo en llegar al corazón de La Mancha.


Finalmente se cumplían las previsiones que Graells había esbozado en su primer informe, en el que, de antemano, daba por perdida la batalla. Apuntaba, resignado, la única solución posible: sustituir las viñas filoxeradas por pies americanos, que eran inmunes a la plaga, a los que se injertarían las plantas europeas. En cualquier caso, la filoxera afectó de manera desigual a las diferentes zonas, de modo que las áreas que fueron afectadas más tarde (Rioja, Cariñena, Requena, Jumilla, Tierra de Barros y La Mancha) incrementaron notablemente la superficie de sus viñedos, aprovechando la destrucción que padecían los de Cataluña, Andalucía o la cuenca del Duero. Tanto es así, que el mapa del viñedo que había en España en 1875 no tenía nada que ver con el que había 50 años después, al final de la crisis.


La colección de Entomología del MNCN conserva algunas de las preparaciones microscópico-entomológicas y ampelo-filoxéricas que realizó Graells con ejemplares de filoxera y cepas atacadas. Con este material pretendía facilitar el conocimiento del parásito en sus diversas formas y el de las alteraciones que produce en las vides que ataca, así como descubrir los focos infectados y las viñas filoxeradas y, por último, enseñar este tema en las cátedras de Historia Natural y de Agricultura de los institutos y las consultas indispensables en las comisiones provinciales de defensa contra la plaga.


Graells creó dos tipos de colección. Una que se utilizaba 'para el servicio indagatorio de los expertos filoxéricos', que constaba de tres ejemplares de filoxera, varias preparaciones de alteraciones de la vid, tubos para guardar los ejemplares y una lente Stenope para examinar las raicillas. Se guardaba en un estuche de hojalata y costaba 50 pesetas. La otra colección estaba destinada a la enseñanza y reunía nueve preparaciones microscópico-entomológicas, incluidos algunos parásitos de la vid como el ácaro Tyroglyphus philoxerae, 40 preparaciones ampelográfico-patológico-filoxéricas, y muestras de semillas de vides europeas y americanas para servir de guía en la elección de las castas resistentes. Se guardaba en una caja de cedro y costaba 150 pesetas.


Referencias bibliográficas:


Azcárate Luxán, I. 1996. La Filoxera. En: Plagas agrícolas y forestales en España en los siglos XVIII y XIX, pp. 193-280. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Secretaría General Técnica. Serie Estudios: 131. 439 p.


Favret, C., Blackman, R. L. Miller, G. L., Victor, B. 2016. Catalog of the phylloxerids of the world (Hemiptera, Phylloxeridae). Zookeys, 629: 83-101. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5126539/


Graells, M. P. 1878. Conferencia agrícola, que sobre el tema la filoxera de la vid, dió el Ilmo. Señor Don Mariano de la Paz Graells en el Paraninfo del Instituto Industrial del Ministerio de Fomento, el día 12 de mayo de 1878. Imp. Manuel G. Hernández, Madrid.


Graells, M. P. 1881. La Phylloxera Vastatrix: Memoria que sobre la historia natural de este insecto, los daños que produce ... ha sido escrita de Real Órden por el Ilmo. Sr. D. Mariano de la Paz Graells. Imp. del Colegio Nacional de Sordo-Mudos y de Ciegos, Madrid.


Pérez Moreno, I. 2002. Entomología aplicada (IV). La filoxera o el invasor que vino de América. Aracnet 9 - Bol. S.E.A., 30: 218-220.


Piqueras Haba, J. 2005. La filoxera en España y su difusión espacial: 1878-1926. Cuadernos de Geografía, 77: 101-136.