Un cuadro que se lee

Autor:
  • Carmen Martínez

Es un lienzo de más de tres metros, pintado al óleo y escrito a mano con pluma. Refleja la extraordinaria importancia que tenía el virreinato más extenso de la Corona española, que ocupaba toda Sudamérica occidental. Fascina la asombrosa riqueza del mundo natural que descubre, más de 300 especies de animales y plantas. El Quadro de la Historia Natural Civil y Geográfica del Reyno del Perú (1799) del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) constituye una obra única que armoniza ciencia, arte e historia.

 

Quadro Peru

Además de un magnífico cuadro, es un documento histórico con un claro aliento didáctico. Sus autores, el economista vizcaíno José Ignacio de Lecuanda, autor de los textos, y el pintor francés Louis Thiébaut pergeñaron y ejecutaron una obra única, que ofrecía una visión global del Reyno de Perú. Reinaba Carlos IV y fue Manuel de Godoy, primer ministro, quien encargó un cuadro para el ministro de Hacienda e Indias que destacase las riquezas naturales y mineras que la Corona española poseía en Perú.


Durante siglos el vínculo entre el arte y la ciencia fue estrecho. Este lienzo ilustra el uso del arte como instrumento científico, pues eran artistas los que representaban los especímenes de estudio como plantas o animales, o trazaban los mapas geográficos. Un ejemplo genuino son las expediciones científicas realizadas en siglos pasados, en las que los dibujantes eran imprescindibles para mostrar los animales y plantas de ultramar con la mayor fidelidad posible.


Peces QPAunque el entorno natural desempeña un papel muy importante en el Quadro del Perú, hay que pensar que esta obra no fue creada para los científicos, sino para exponerse en la Real Secretaría de Hacienda de Indias. Así se entiende la descripción inexacta de muchos animales y plantas, que deberían haber sido dibujados a escala y, lo más importante, haberlos visto, cosa que no ocurrió, ya que Louis Thiébaut nunca estuvo en Perú. El pintor procedía de una familia de grabadores franceses que ilustraron libros de historia natural de conocidos naturalistas como Buffon y Humboldt.


Quien sí conocía bien el continente americano era Lecuanda, que llegó a Perú en 1764, cuando contaba 16 años. Casado con una criolla, no volvió a España sino 32 años después. Además de trabar amistad con distinguidos ilustrados de la ciudad peruana de Trujillo, fue miembro de la Sociedad de Amantes del País y colaborador del periódico Mercurio Peruano. Pero lo que le permitió conocer mejor el Perú, fue el viaje que realizó con su tío Baltasar Jaime Martínez Compañón, obispo de Trujillo, para conocer la inmensidad de su diócesis, que se extendía desde el Pacífico hasta el Amazonas. Este viaje le sirvió para adquirir gran parte de los conocimientos que se plasmarían en el cuadro, mientras que a Martínez Compañón le permitió realizar su gran obra iconográfica Trujillo del Perú en el siglo XVIII: nueve tomos y 1.400 acuarelas, que el obispo encargó a artistas locales, y remitió a Madrid entre 1788 y 1790 como regalo a Carlos III.


Indio del ValleLecuanda concibió el Quadro del Perú en Trujillo a finales de 1794 y lo finalizó el 14 de marzo de 1799, como se indica en el lienzo. El cuadro se divide en tres partes. En la primera, la geografía física es la gran protagonista, centrándose en la descripción de montañas, ríos y costas marítimas. La segunda parte gira en torno a los establecimientos humanos (gobierno, real hacienda, intendencias), descripción de sus naciones y el uso que hacen de las producciones naturales e industriales para el comercio o para satisfacer sus necesidades. En la última se aborda la historia natural con especial interés en la fauna y la flora. No debe extrañar que el texto que escribió esté sesgado hacia el ámbito económico, por su formación contable y por su trabajo en la Real Hacienda peruana.


Un mapa del virreinato ocupa el centro del lienzo. Atribuido a Andrés Baleato, un marino de Ferrol que fue comisionado para levantar las cartas hidrográficas del virreinato de Perú, llama la atención por la orientación, mostrando el norte al lado izquierdo y no en la parte superior como en los mapas actuales. Debajo del mapa hay una representación del Cerro Mineral de Hualgayoc, en la provincia de Cajamarca, donde se encuentran las minas más ricas de Perú. Humboldt estuvo en estas minas en 1802 y refiere un comentario que hizo un rico minero, que había recorrido buena parte del mundo, que comparaba a la montaña de plata de Hualgayoc con la festoneada cresta de Monserrat en Cataluña. La mina aparece enmarcada por dos textos, uno referido a la historia de la mina y otro dedicado al mineral. En ellos, Lecuanda habla de la necesidad de mejorar los conocimientos sobre el reino mineral y muestra su preocupación por la reforma de la minería; él era partidario de usar la mano de obra indígena fomentando el trabajo libre frente al coercitivo.


India río PutumayoEn la parte manuscrita se describen las ocho intendencias en que se dividió el virreinato tras las reformas borbónicas de 1784: Trujillo, Lima, Arequipa, Tarma, Puno, Huancavelica, Huamanga y Cuzco. Lecuanda detalla los tres ramos que considera fundamentales para la prosperidad de un reino: la minería, la industria y el comercio. No deja de sorprender que, al hablar de las intendencias, realice comentarios de tipo social y político, no expresados antes por un empleado del reino.


Merece destacarse un friso de carácter etnográfico en la parte superior de lienzo. En él aparecen 32 retratos con su leyenda de lo que Lecuanda llama “naciones” y a las que define como “civilizadas” y “salvajes”. Las naciones civilizadas, habitadas por criollos o indígenas cristianizados, están representadas por hombres o mujeres vestidos; mientras que, en las salvajes, estos personajes aparecen desnudos o semidesnudos. Llama la atención la presencia de etnias amazónicas en el cuadro, si tenemos en cuenta que los jóvenes marinos y científicos españoles Jorge Juan y Antonio de Ulloa, que formaron parte de la expedición geodésica de medición del meridiano, y otros escritores ilustrados de finales del siglo XVIII ignoraban a estos indígenas por su condición de bárbaros. Como Lecuanda nunca visitó esas regiones ni entró en contacto con los aborígenes, las imágenes y textos sobre ellos probablemente procedan de los dibujos realizados por el científico checo Tadeo Haenke de la expedición de Alejandro Malaspina. La inclusión de esas tribus en la pintura aumentó el conocimiento y la apreciación de la Amazonía en España.


Mono dominico QPY llegamos a la parte más interesante del cuadro que es la dedicada a la historia natural. Para describir la fauna y flora peruana, Lecuanda ha seleccionado 194 animales y 148 plantas entre los más representativos del Virreinato de Perú. El texto que les acompaña menciona su nombre común, la zona geográfica de la que proceden, el tipo de hábitat donde viven y detalles variopintos como pueden ser su utilidad como alimento, medicamento o valor comercial.


La puesta en escena es peculiar, ya que dentro del mismo recuadro se representa una planta y un animal, sin que exista una correspondencia científica que justifique la asociación. Lecuanda no utiliza la clasificación hecha por Linneo para describir la flora, como sí hicieron las expediciones botánicas de la época, sino que proporciona una breve descripción del uso de la planta por los aborígenes. Como no están dibujadas a escala, Thiébaut pintó alguna de las hojas, frutos o flores más grandes para facilitar la identificación. Con el cuadro solo se pretendía divulgar la variedad y utilidad de las plantas de la región, si bien estaba centrado en la flora del norte del Perú, con alguna breve mención a la del sur andino. Las imágenes proceden de distintas fuentes, como la obra iconográfica de Martínez Compañón o los dibujos que realizó José Guío en la expedición Malaspina.


Pajaro niño QpLos animales tienen un gran protagonismo en el cuadro, especialmente los vertebrados, y más concretamente los mamíferos (62) y las aves (88). Es curioso que no aparezca ningún anfibio, mientras que son 12 los reptiles representados, 9 de los cuales son ofidios, situados en las dos esquinas superiores del lienzo. A los peces (26) se les ha otorgado un lugar preferente, ya que ocupan una posición central. Lo contrario que ocurre con los invertebrados, solo aparecen 12, una ínfima parte de la biodiversidad real, y están situados en las dos esquinas inferiores del cuadro.


Lecuanda tuvo ocasión de entrar en contacto con la fauna peruana durante el largo viaje que realizó con Martínez Compañón, en el cual conoció parte de su historia natural, desde un punto de vista totalmente antropocéntrico, y de su relación con los habitantes del lugar, que publicaría en el Mercurio Peruano entre 1772 y 1774. En el caso de las aves, Lecuanda indica haber visto especies semejantes a las representadas en el Quadro del Perú en los Gabinetes de Historia Natural de Madrid y París. Sin embargo, a finales del siglo XVIII las colecciones de aves y mamíferos europeas eran muy limitadas y el conocimiento sobre la fauna del Nuevo Mundo muy escaso. Es probable que la inclusión del mono dominico en el cuadro, se deba a una de estas visitas, ya que se trata de un lémur rufo blanco y negro que es endémico de Madagascar.


Caiman QPSegún un análisis centrado en la antropología visual, los seres submarinos, peces y mamíferos marinos, ocupan el centro del cuadro; los que habitan la superficie, cuadrúpedos y bípedos (hombres), ocupan un espacio intermedio; mientras que las aves, las que más se alejan de suelo, ocupan la periferia del cuadro. Lo que parece dar a los seres vivos o inanimados su posición en el cuadro, es su valor económico. Esto explicaría la posición central de la mina, riqueza del suelo, o de los peces, la pesca.


Combinar imágenes y texto ha resultado ser una excelente fórmula para transmitir la historia y las riquezas del Reyno del Perú allende sus fronteras. Este mural, cuyo texto ocupa 63 páginas, es mucho más que un tratado enciclopédico sobre la antigua colonia española. Se caracteriza por su excelente factura y la calidad de los pigmentos utilizados, quizás por ser Perú proveedor de los mismos. Más allá de su interés práctico, puede considerarse una obra artística de calidad.


La pintura fue depositada en la sala de conferencias de la primera sede del Museo, en la calle Alcalá, en 1880, y a comienzos del siglo XX fue trasladado a la sede actual. El director, Ignacio Bolívar, encargó en 1912 a don Francisco de las Barras de Aragón la descripción del cuadro, para dar cuenta a la Real Sociedad de Historia Natural. En 1929 el lienzo formó parte de la Exposición Retrospectiva de Historia Natural que se celebró en el antiguo Invernadero del Real Jardín Botánico. Desde entonces, ha permanecido en la antesala de la dirección del Museo.


Invertebrados QPAprovechamos la ocasión para citar a Emiliano Aguirre, el célebre paleontólogo que dirigió el MNCN: “No quiero dejar de expresar mi convicción de que esta obra, texto e ilustraciones, debe ser conocida por curiosos y estudiosos, ampliamente, y por ello debidamente impresa y encuadernada, como libro”, opinión que compartimos plenamente. Mientras tanto invitamos a nuestros lectores a que disfruten del cuadro en la exposición digital de Google Arts and Culture.

 

Referencias bibliográficas:


Aguirre, E. 2007. Enciclopedia y museo mural del Perú en el siglo XVIII. Revista de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, 101 (2): 389-397.


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Frankle, I. 2017. Aves en el Quadro del Perú (1799). Paralelo entre Lequanda y Martínez Compañón. Aves, Ecología y Medio Ambiente. 1 de julio de 2017.


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