Taxónomos en riesgo de extinción cuanto más falta hacen por Pedro J. Cordero

Ser especialista en un grupo taxonómico más o menos amplio de organismos y poder explorar, descubrir, interpretar, nombrar y organizar las especies; saber utilizar, evaluar y mejorar las colecciones institucionales, regionales y locales, reconocer los ciclos y biología de las especies y muestrear en el campo con la certeza de estar manipulando taxones reconocibles y la potencialidad de encontrar posibles nuevas aportaciones a la ciencia con base estrictamente científica es una formidable y apasionante tarea. A los especialistas que realizan estas tareas se les puede llamar taxónomos tradicionales, usando la palabra tradicional sin ningún tono peyorativo.  Éstos se sirven de caracteres morfológicos, ecológicos, fisiológicos o conductuales reconocibles con la ayuda de los avances informáticos para su ordenación y colección, así como la aplicación de modernos métodos digitales de macro-visualización, grabación de audios, fotografía y técnicas de microcirugía entre otras. Es igualmente apasionante la tarea de conseguir esas mismas metas o parecidas utilizando herramientas moleculares desde el análisis de iso-enzimas de genes no ligados hasta las técnicas genómicas más avanzadas para marcadores de ADN de última generación. La especialización del taxónomo tradicional es cuestión de años, diríase que décadas. Se trata de un trabajo formidable, laborioso, difícil y a veces frustrante. Un trabajo poco gratificante desde el punto de vista curricular, con décadas enteras de desacreditación y de baja financiación. La especialización de los taxónomos moleculares, lleva menos tiempo, está acorde con los proyectos curriculares actuales con lo que su aprendizaje está más generalizado y su acreditación ampliamente reconocida con lo que desde la perspectiva personal de supervivencia es la opción óptima. Ambos enfoques epistemológicos se aúnan para constituir una Taxonomía Integradora con el objetivo urgente de nombrar y catalogar entre el 80-90% de la biodiversidad que queda aún por descubrir y ordenar antes de que se extinga debido a la destrucción de hábitats y otras acciones directas o indirectas provocadas por el ser humano. La Taxonomía Integradora se sirve de distintos tipos de especialistas cuyo óptimo resultado sería la estrecha colaboración entre ellos en la solicitud de proyectos para lograr un objetivo común. Ambos enfoques taxonómicos se asocian probablemente a personas de distinta experiencia curricular. En primer lugar, los últimos tiempos es tendencia eliminar asignaturas en la escuela primaria y en secundaria relacionadas con la naturaleza, la fauna y la flora, incluso en las universidades.  En segundo lugar, la nueva legislación dificulta a los niños el acceso a un estrecho contacto con la naturaleza y tercero, el auge de las nuevas tecnologías de la comunicación e informática fascinan a niños y jóvenes hacia ocios relacionados con las tecnologías electrónicas y de la comunicación, en detrimento de un contacto más estrecho y contemplación de la naturaleza la cual está progresivamente menos accesible alrededor. Bien sea por una diferencia generacional (la mayoría de los taxónomos tradicionales superan la cincuentena) o por el temor de no poder progresar al mismo nivel curricular que en estudios formativos de otras disciplinas, el resultado es una falta de continuidad de taxónomos tradicionales. Mientras que el taxónomo molecular resuelve problemas intangibles para los taxónomos tradicionales como el diagnóstico de especies gemelas o especies politípicas, y son capaces de generar conjuntos de linajes moleculares asimilables al concepto genético de especie, en breve tiempo y a partir de gran cantidad de muestras de especies desconocidas, la Taxonomía tradicional es imprescindible para asignar morfotipos y analizar la variación fenotípica de dichos linajes y para todos los demás criterios relacionados con la taxonomía arriba mencionados. Sin embargo, la Taxonomía tradicional se queda sin capital humano a pesar de una acuciante y progresiva necesidad de este colectivo y de colecciones de referencia generadas para llegar a catalogar la biodiversidad de un mínimo desconocido de seis millones de especies de plantas y animales que habitan en el planeta Tierra. Muy recientemente, en una época de pandemias, crisis climática, energética y social se están promoviendo iniciativas para revertir el declive de la Taxonomía tradicional a fin de participar en la confección del catálogo global que, ni por asomo y, al ritmo actual de descubrimiento de especies (aprox. un promedio de 18.000 por año), se resolvería en menos de cuatrocientos años.

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Fecha

  • Martes, 17 Octubre 2023

Horario

19:00 horas

Ubicación

Salón de actos del Museo

Plazas

Limitadas

Reservas: mcnc104@mncn.csic.es