El caracol más codiciado de la historia

Autor:
  • Carmen Martínez López

Durante dos siglos su concha ha sido uno de los objetos de historia natural más preciados y valiosos del mundo. Hasta 1957 apenas se conocían un par de docenas de especímenes de este caracol marino, lo que dio lugar a múltiples leyendas. Uno de esos ejemplares históricos se conserva en la colección de Malacología del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y durante mucho tiempo permaneció en la caja fuerte de un banco para evitar su robo.


Los conos son unos gasterópodos marinos que aparecieron en un mar que cubría lo que ahora es Inglaterra y Francia durante el Eoceno inferior, hace alrededor de 55 millones de años. Desde entonces han sufrido una diversificación extraordinaria hasta llegar a superar las 600 especies. Además de ser un grupo muy atractivo para los científicos por su diversidad excepcional y su elevado grado de endemismo, también constituyen un recurso valioso para la industria farmacéutica, gracias a las conotoxinas.


Un collar encontrado en una tumba en Uruk (Mesopotamia) evidencia que los conos ya se utilizaban para fabricar adornos hace 5.000 años. Pero la fascinación por ellos alcanzó su punto álgido en el siglo XVIII, cuando los coleccionistas los buscaban con afán para sus gabinetes de historia natural. Una de las conchas más famosas, que sigue atrayendo a los coleccionistas por su belleza e importancia histórica, es el cono gloria del mar (Conus gloriamaris), del que en 1957 apenas se conocían dos docenas de ejemplares. Para encontrar el primer espécimen del que se tiene noticia hay que retroceder doscientos años, hasta 1757, a un catálogo de ventas de conchas de un coleccionista holandés llamado Schluyter. El ejemplar, que figuraba en el catálogo como Gloria del Mar, fue adquirido por el conde Adam Gottlob Moltke.


Veinte años después, Moltke prestó el ejemplar, al clérigo y malacólogo danés Johann Hieronymus Chemnitz junto con un grabado de la concha del artista y naturalista alemán Franz Michael Regenfuss. Con ese material, Chemnitz realizó la descripción científica en 1777, por lo que este espécimen constituye el holotipo de la especie, que actualmente se encuentra en el Museo Zoológico de la Universidad de Copenhague.


En 1792 el zoólogo y botánico francés Jean Guillaume Bruguière publicó Histoire Naturelle des Vers donde afirma que los cuatro únicos ejemplares que se conocen en Europa están en los gabinetes de Christian Hwass, Pierre Lyonet, A. G. Moltke y Charles Alexandre de Calonne. Tal era su rareza que en 1865 el malacólogo y editor inglés Lovell Augustus Reeve escribió al director del Museo Nacional de Victoria en Melbourne, Frederick McCoy, ofreciéndole un cono gloria del mar del que entonces solo se conocían 10 ejemplares: 3 en los museos de París, Leyden y Copenhague, y otros 7 en Inglaterra.

Conus gloriamaris Azpeitia
Gracias a las listas publicadas por algunos malacólogos disponemos de un registro de los especímenes conocidos a lo largo de la historia. Así, J. Cosmo Melvill (1887) menciona doce ejemplares, el último de los cuales se corresponde con el adquirido por el museo australiano. El español Florengino Azpeitia Moros (1927) cita 22 especímenes y la holandesa Woutera Sophie Suzanna van Benthem Jutting, malacóloga y conservadora del Museo Zoológico de Ámsterdam, publicó en 1949 una lista de 22 especímenes en colecciones y varios conocidos solo por la literatura. Por último, Peter Dance publicó en 1966 una historia ilustrada del coleccionismo de conchas, en la que citaba 41 especímenes, e incluía referencias a otros 12.


Solo tres años después de la publicación del libro de Peter Dance, la situación cambió drásticamente, cuando un par de buzos descubrieron más de cien especímenes vivos en Guadalcanal, en las Islas Salomón. Al mejorar las técnicas de recolección, su rango geográfico se amplió; actualmente es posible encontrarlo entre 10 y 300 m de profundidad en el este de Indonesia, Filipinas, Papúa Nueva Guinea, Islas Salomón, Fiyi y Samoa.


Su popularidad ha generado múltiples leyendas y anécdotas. Por ejemplo, el viajero y coleccionista británico Hugh Cuming, apodado el príncipe de los coleccionistas por Peter Dance, encontró en 1837 dos caracoles juveniles en un arrecife poco profundo en la isla de Bohol, Filipinas; era el único lugar en el que se había encontrado con vida a C. gloriamaris. Poco después se difundió la falsa noticia de que el arrecife había sido destruido por un maremoto, lo que llevó a dar por extinguido al famoso cono. Lógicamente, esta circunstancia lo hizo aún más deseable.


Otra leyenda urbana que circula entre los malacólogos la contó el naturalista inglés Samuel Pickworth Woodward a mediados del siglo XIX. Pickworth habla de un famoso coleccionista que poseía un espécimen, que creía que era el único, y que pagó una elevada suma de dinero por conseguir un segundo ejemplar de otro coleccionista. Una vez lo tuvo entre sus manos lo aplastó con el zapato, profiriendo que el suyo era, ahora, el único espécimen.


El gloria del mar también fue noticia de portada en 1951, cuando un ladrón rompió la vitrina de cristal donde se exhibía en el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York y se apoderó de la concha, desapareciendo entre la multitud. Seguramente se llevaría una gran decepción cuando descubriera el escaso valor de su botín en aquel entonces. Lo cierto es que nunca se detuvo al ladrón ni se recuperó la concha.


En ocasiones un hecho infortunado, como el terrible incendio acaecido en 1978 en el Museo Bocage de Lisboa que provocó la destrucción de colecciones y libros valiosísimos, ha servido para que un espécimen histórico de esta especie, que perteneció a la colección del rey de Portugal, Luis de Braganza, sea protegido en una caja fuerte a prueba de incendios.

Cajon Conus gloriamaris


El MNCN conserva un ejemplar histórico que perteneció al ingeniero de minas, académico y profesor honorario del Museo, Florentino Azpeitia. Este cono había pertenecido a la colección del hacendado compostelano Eliseo Varela Abraldes y después de su muerte pasó a su sobrino Teodoro Varela. Azpeitia había sido profesor de éste último y se ofreció a determinar las conchas que había heredado. Con gran sorpresa, el profesor encontró un ejemplar bien conservado de Conus gloriamaris, que en 1926 le cedió generosamente su antiguo alumno. Tras la muerte de Azpeitia en 1934, su familia donó al Museo su magnífica colección de malacología, que contenía en torno a 80.000 ejemplares de 8.171 especies de moluscos: 6.594 univalvos y 1.577 bivalvos. En la colección había especímenes muy valiosos, entre los que destacaba el famoso cono gloria del mar.


Para finalizar, un guiño a los amantes de la literatura. Si les gusta la novela policíaca pueden leer la novela The Glory of the Sea, publicada en 1887 por la escritora victoriana Francesca Steele, firmada con el pseudónimo Darley Dale. Más reciente, y más cercana, es la novela de la cordobesa Susana Cayuelas Cartas desde Manila que transcurre a finales del siglo XIX y narra la vida colonial antes de la independencia de las islas Filipinas mezclada con las aventuras de los traficantes de conchas.


Referencias bibliográficas:


Azpeitia Moros, F. 1927. Noticia de un nuevo ejemplar de Conus gloriamaris y revisión de los ya conocidos con seguridad, y de otros cuya existencia es más o menos incierta. Revista de la Real Academia de Ciencias Exactas y Naturales de Madrid, 23, Tomo 8º, 2ª Serie, artículo 2º: 511-530.


Bruguière, J. G. 1792. Encyclopédie méthodique. Histoire Naturelle des Vers. Tome 1, Paris.


van Benthem Jutting, W. S. S. 1949. Revised list of the specimens of Conus gloria-maris Chernnitz in the collections of the world. Bijdragen tot de Dierkunde, 28: 153-163.


García San Nicolás, E. 1951. Algunos datos sobre un Conus gloria-maris. Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural (Biología), 49 (1-3): 123-125.


Peters, H., O’Leary, B. C., Hawkins, J. P., Carpenter, K. E., Roberts, C. M. 2013. Conus: First Comprehensive Conservation Red List Assessment of a Marine Gastropod Mollusc Genus. PLoS ONE, 8(12): e83353. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0083353


Robinson, S. D, Li, Q., Lu, A., Bandyopadhyay, P. K., Yandell, M., Olivera, B. M., Safavi-Hemami, H. 2017. The Venom Repertoire of Conus gloriamaris (Chemnitz, 1777), the Glory of the Sea. Marine Drugs, 15(5): 145. https://doi.org/10.3390/md15050145


Terlau, H., Olivera, B. M. 2004. Conus Venoms: A Rich Source of Novel Ion Channel-Targeted Peptides. Physiological Reviews, 84 (1): 41-68. https://doi.org/10.1152/physrev.00020.2003