El estilizado y cooperativo rabilargo

Autor:
  • Carmen Martínez

Vive en dos áreas geográficas separadas por más de 9.000 km, por lo que durante mucho tiempo su distribución fue un enigma para los ornitólogos. Practica la cría cooperativa, un comportamiento inusual en las aves. El Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) conserva un magnífico diorama de rabilargos, naturalizados hace más de un siglo, que no ha perdido ni un ápice de belleza.

Su distribución mundial es singular: el grueso de la población se localiza en el extremo oriente asiático, falta en Asia occidental y la mayor parte de Europa, y vuelve a aparecer en la península ibérica. Inicialmente se consideró que la presencia de rabilargos en la península ibérica podría deberse a la introducción de ejemplares procedentes de Asia por navegantes portugueses en el siglo XVI. Sin embargo, el descubrimiento de dos fragmentos de húmeros fósiles de rabilargo en el complejo de cuevas Gorham de Gibraltar ha demostrado que ya estaban en la península ibérica hace más de cuarenta mil años. Ambos fósiles se encuentran en el Museo de Historia Natural de Londres.

Ahora sabemos que el rabilargo se extendía desde la península ibérica hasta Asia Oriental, pero sus poblaciones intermedias se vieron afectadas por el avance de los sucesivos períodos glaciales, lo que dio lugar a un aislamiento geográfico y genético, que le permitió evolucionar hasta convertirse en dos especies distintas, como se ha comprobado tras analizar su ADN mitocondrial. Actualmente, existen dos especies: el rabilargo asiático (Cyanopica cyanus), que conserva el nombre original, y el rabilargo ibérico (Cyanopica cooki). El primero se extiende por Siberia, Mongolia, China y Japón, mientras que el ibérico sólo está presente en España y Portugal, especialmente en el cuadrante suroccidental de la P. Ibérica. Se estima que la segregación entre las poblaciones asiáticas e ibéricas ocurrió hace 1 o 2 millones de años.

Pareja rabilargosParece una urraca azul, de ahí su nombre científico, cyanopica. Este bello córvido es muy gregario, se reúne en bandos que pueden llegar al centenar de individuos. En primavera, forma colonias muy laxas con 30-40 parejas. Llama la atención un aspecto de su comportamiento que es común en humanos y en algunos primates, pero que no suele observarse en otros mamíferos y es raro en aves: la cría cooperativa, gracias a la cual los padres reciben ayuda de otros miembros de la colonia para alimentar y cuidar a sus crías. Esto no quiere decir que los padres trabajen menos, al contrario, invierten más cuando tienen ayudantes por lo que el éxito de cría es mayor.

La cría cooperativa es un comportamiento, aparentemente altruista, que ha traído de cabeza a  los biólogos evolutivos durante mucho tiempo. Según la teoría de la selección por parentesco, los individuos pueden dejar copias de sus propios genes en las siguientes generaciones tanto procreando ellos mismos como aumentando el éxito reproductor de parientes cercanos, con los que comparten un amplio porcentaje de  genes. Pero en los rabilargos, son escasas las  ocasiones en las que existe una relación de parentesco entre los ayudantes y los padres, por lo que la ayuda podría atribuirse a los beneficios que proporciona la vida en grupo, incluyendo una reciprocidad a largo plazo. Otra hipótesis apunta a que los machos jóvenes que no se reproducen en ese año, demuestran así que pueden ser buenos padres, lo que incrementa su  prestigio social y facilita que las hembras les elijan en la próxima temporada.

Se piensa que en los rabilargos la cría cooperativa también podría estar relacionada con el  sesgo que se observa en la proporción de sexos, ya que hay menos hembras que machos, por  lo que algunos machos no pueden reproducirse. Los ayudantes, casi todos machos, participan  en las tareas más diversas: defensa del nido, alimentación de los pollos -aportan casi una  cuarta parte de las cebas que reciben- así como retirada de sacos fecales, etc. A pesar de la  ayuda en la cría, en algunas colonias la tasa de depredación es muy elevada, por lo que llegan  a perderse el 80% de las nidadas, aunque siempre es menor en las que tienen ayudantes.

Es un ave forestal, pero evita los bosques densos y con muchos arbustos. Sus preferencias se inclinan hacia las dehesas de encinas. Gozan de mala reputación entre los cazadores, que les acusan de diezmar las especies cinegéticas, lo cual no deja de resultar chocante, cuando más del 90% de sus presas son invertebrados, principalmente hormigas, mientras que los vertebrados no llegan al 1%. Su dieta varía a lo largo del año, aprovechando siempre los  recursos disponibles, por lo que no desdeña el cereal ni frutos como higos, uvas, aceitunas o bellotas, del mismo modo que aprovecha los restos de comida o las carroñas si las encuentra.

A principios del siglo pasado, los rabúos o mojinos, como son conocidos los rabilargos en  algunos pueblos de Extremadura y Andalucía, se podían cazar desde el 1 de septiembre hasta el 31 de enero, según el “Reglamento para la aplicación de la ley de caza” aprobado en 1903 y publicado en 1911 en la Revista Técnica de la Guardia Civil. Este córvido, que entraba en la categoría de animales “fieros o salvajes”, ha sido considerado una especie cinegética hasta 1981, cuando se declaró especie protegida.

 

Diorama rabilargos

El diorama de los rabilargos es el más antiguo de los grupos biológicos naturalizados por José María Benedito. Su firma figura junto al año de ejecución, 1911, en una pequeña piedra colocada al pie de las aves. De factura impecable, los seis ejemplares que componen la obra, constituyen una historia de vida espléndida.

En una carta fechada en abril de 1911, que se conserva en el Archivo MNCN, Sig. ACN0295/018, el director del Museo, Ignacio Bolívar, se dirige al marqués de Borja, Intendente general de la Real Casa y Patrimonio, solicitando permiso para que José María Benedito recogiese plantas, piedras y arena en el Pardo, para reproducir el hábitat de los cuatro gamos que el rey Alfonso XIII había regalado al Museo. Aprovechó la misiva para pedir que le enviasen diez o doce ejemplares de urraca y rabilargo, ya que, por considerarse perjudiciales, los guardas de la Real Casa de Campo los cazaban con frecuencia.

La mayor parte de las capturas de aves se producían en Madrid, especialmente en el Pardo y en la Casa de Campo. Llama la atención que los ejemplares se capturaran en plena veda, al igual que pasaba con otras muchas especies que se solicitaban desde el museo; si llegaban en  buen estado se reservaban para naturalizarlos y exhibirlos, y si presentaban algún deterioro pasaban a formar parte de la colección científica. Esto haría necesaria la conveniencia de  facilitar salvoconductos a los que llevaban los pájaros muertos, para evitar conflictos con las autoridades (Archivo MNCN, Sig. ACN0295/002). Los tiempos han cambiado, desde 1981 el rabilargo está catalogado como especie protegida.

Para disfrutar de este bello animal, además de visitar el Museo, podéis ver este documental de divulgación científica de la Sociedad Española de Etología y Ecología Evolutiva.

Referencias bibliográficas:

Cooper, J. H. 2000. First fossil record of Azure-winged Magpie Cyanopica cyanus in Europe. Ibis, 142: 150-151.

de la Cruz, C., Valencia, J. 2003. Rabilargo - Cyanopica cooki Bonaparte, 1850. Enciclopedia virtual de los vertebrados españoles. Museo Nacional de Ciencias Naturales CSIC, Madrid.

Fok, K., Wade, C., Parkin, D. 2002. Inferring the Phylogeny of Disjunct Populations of the Azure-Winged Magpie Cyanopica cyanus from Mitochondrial Control Region Sequences. Proceedings: Biological Sciences, 269 (1501): 1671-1679.

Horn, L., Scheer, C., Bugnyar, T., Massen., J. J. M. 2016. Proactive prosociality in a cooperatively breeding corvid, the azure-winged magpie (Cyanopica cyana). Biology Lettershttps://doi.org/10.1098/rsbl.2016.0649