El Museo Nacional de Ciencias Naturales organiza el Tercer Congreso de la Sociedad Española de Biología Evolutiva

Autor:
  • Carmen Martínez

Entre los días 21 y 25 de noviembre 2011 tendrá lugar en Madrid el Tercer Congreso de la Sociedad Española de Biología Evolutiva, organizado por el Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC.

 

Para hablarnos del congreso y de la importancia de la biología evolutiva, entrevistamos a Santiago Merino, profesor de investigación del CSIC y vicepresidente de la SESBE.

 

¿Qué estudia exactamente un biólogo evolutivo?

Realmente lo que nos une a todos los biólogos es precisamente el apellido 'evolutivo'. La famosa frase del genetista Theodosius Dobzhansky : 'En biología nada tiene sentido, sino es a la luz de la evolución', es una realidad. Toda la vida -los seres vivos- que es lo que estudia la biología, sólo podemos entenderla desde un punto de vista evolutivo: su surgimiento, su cambio, es un proceso que ha generado la biodiversidad que conocemos en la actualidad y toda aquella que se haya producido a lo largo de la historia de la vida en la tierra. Las ciencias biológicas y otras ciencias afines como la medicina y la veterinaria deberían tener un trasfondo evolutivo.

 

¿Cuáles son las aplicaciones de la biología evolutiva?

Una las disciplinas en las que resulta más evidente la aplicación de la biología evolutiva es la medicina. Si no se tiene una perspectiva evolutiva es mucho más difícil abordar los problemas. Por ejemplo, en los últimos años se está desarrollando lo que se denomina medicina darwiniana o evolutiva, en la que se investiga el origen de las enfermedades. Es común ver en los medios de comunicación noticias del estilo: 'la enfermedad tal es producida por cierto gen'. Las preguntas que surgen son: ¿por qué existe eso? ¿se trata de una mutación rara que ha dado lugar a la enfermedad? ¿por qué sigue apareciendo? ¿por qué está tan extendida?. Si se tiene una perspectiva evolutiva se puede explicar todo esto, porque se sabe que bajo ciertas condiciones ambientales que existían en una época determinada, este gen daba una ventaja adaptativa a las personas que lo tenían. El caso más claro es la anemia falciforme, que todavía existe; donde hay malaria, tener ese gen es adaptativo pero cuando no la hay es un desastre. La perspectiva evolutiva nos permite entender las enfermedades y variar nuestras estrategias para combatirlas.

 

Otra aplicación práctica de la biología evolutiva son los transgénicos. En este caso se trata de introducir un gen nuevo -que se ha extraído de otro organismo- en una planta, por ejemplo, de modo que se está generando una nueva adaptación, ya que se está modificando el trasfondo genético de un individuo para adaptarlo a un ambiente al que no está adaptado de forma natural. Esto que antes requería un tiempo muy largo -varias generaciones-, ahora se puede hacer de manera mucho más rápida aunque no es fácil porque hay que saber en qué entorno se está introduciendo ese gen, para que el gen sea funcional en el organismo transgénico del que se trate. El problema más grave de los transgénicos es la contaminación de otros seres no transgénicos, por lo que uno de los retos en este ámbito podría ser conseguir que esa planta transgénica tenga algún tipo de incompatibilidad para cruzarse con plantas naturales y, de este modo, evitar la contaminación genética.

 

¿Qué puede aportar el trabajo de los biólogos evolutivos a la conservación de la biodiversidad?

La biología evolutiva nos permite comprender cómo surge la biodiversidad y cómo se mantiene. Si estudiamos lo organismos desde un punto de vista evolutivo podemos entender por qué están ahí, conocer lo que necesitan para sobrevivir y tomar las medidas adecuadas para conservarlos. Por ejemplo, si invertimos mucho dinero en conservar una población de lince pero después el ambiente en el que está no es el adecuado estaremos tirando el dinero; para eso sería mejor tenerlos en un zoo, o guardar sus genes en un congelador, pero no tiene mucho más valor. Aunque se ha dicho que algunas poblaciones son ya tan pequeñas que no pueden recuperarse tenemo que tener en cuenta que los felinos o grandes depredadores están habituados a tener poblaciones pequeñas y densidades bajas, como es lógico en una pirámide ecológica, pero existen mecanismos que les permiten sobrevivir de esta manera. Aunque la extinción forma parte de la evolución, hay que tener en cuenta que en el caso del lince, ha sido tratado como alimaña durante muchos años en los que se han matado linces a millares. Es muy probable que si no le hubiéramos llevado a ese límite ahora no estaría en peligro de extinción. Vamos a recuperar linces donde se pueda, vamos a mantenerlos en los ambientes adecuados y si la tendencia de la especie es a extinguirse, lo va a hacer finalmente.

 

¿Cuáles son los mayores retos a los que se enfrenta la biología evolutiva?

Es una buena pregunta, a todo el mundo le gustaría saber cómo va a avanzar la ciencia. La principal línea de avance es la genética, a todos los niveles. El reto es sacar los conocimientos de genética del laboratorio y llevarlos a la vida real. Una vez que hemos secuenciado el genoma, es importante comprender su funcionamiento y cómo ha llegado a ser así, cómo eso se relaciona con el organismo en sí y cómo se relaciona el individuo con la naturaleza, la evolución desde la molécula hasta el ecosistema.

 

Una disciplina que actualmente resulta muy atractiva es la epigenética, aunque no se sabe bien cuál puede ser su función, si complementa el papel de evolución. El ambiente provoca una alteración del genoma, no modificándolo a través de una mutación, sino a través de la inactivación o activación de una parte del mismo, que hace que en un ambiente determinado un gen se exprese o no. Cuando se copia el gen para producir las células reproductivas se copia como está, por ejemplo inactivo, y eso se transmite genéticamente. Hay quien quiere ver en esto un renacimiento del Lamarkismo, teoría evolutiva según la cual es el ambiente el que produce el cambio, pero esto realmente no tiene por que ser así, ya que lo que dice la selección natural es que en función del ambiente se van a seleccionar unos genes u otros. En mi opinión con la epigenética los organismos ganan en plasticidad: en vez de eliminar el gen con el tiempo por la acción de la selección natural lo mantenemos ahí y eso puede ser muy útil ya que en el caso de que las condiciones cambien se podría activar de nuevo, porque no se ha eliminado. De este modo, la epigenética puede entenderse como un mecanismo que permite una mayor plasticidad evolutiva.

 

¿Cuál es la relación entre la aceptación de la evolución y el nivel de desarrollo de un país?

La mayor controversia en este tema se ha producido en Estados Unidos, donde la respuesta a la evolución ha sido por parte de religiosos evangelistas. En mi opinión, la cuestión fundamental es que la evolución no se explica bien en la escuela, cuando ésta ayuda a comprender la vida y a entender cómo ha surgido. La educación básica debería incluir la evolución como cultura general pero sólo se aborda desde una perspectiva histórica. Si no comprendemos la evolución no podemos explicar el mundo que nos rodea e incluso a nosotros mismos.

 

¿Qué papel desempeñan los científicos en el escaso conocimiento del público general en temas fundamentales como puede ser la evolución?

Hasta la fecha en ciencia nunca se ha valorado la acción divulgativa, más bien al contrario. Un problema gravísimo en el caso de muchos científicos es que vivimos en nuestro palacio de cristal y no le transmitimos a la gente nuestro trabajo. Esto es fundamental si queremos que la gente aprenda y cambie; hay que divulgar. Por otra parte, hay que distinguir entre la ciencia y la superstición, la ciencia tiene argumentos detrás, no es una cuestión de fe, se apoya en datos y evidencias, no porque lo digan los científicos; el reto es salir de los centros de investigación y llegar a la gente.

 

La Sociedad Española de Biología Evolutiva es pionera en la divulgación de la ciencia y está haciendo un gran esfuerzo en este sentido ofreciendo múltiples recursos para profesores, publicando libros divulgativos y editando una revista on line, disponible para todo el mundo.

 

¿Cuál es la situación de la biología evolutiva en España?

España no ha sido un país tradicionalmente científico y a ello hay que añadir que no hay divulgación y eso hace que aún haya menos interés. Las cosas están cambiando, se ha invertido más para aumentar el nivel y acercarnos a la media europea. Hay muy buenos biólogos evolutivos, pero muchos han tenido que irse el extranjero para continuar con la carrera científica.

 

El sistema administrativo en España es inútil para hacer ciencia. En otros países hay mucha más flexibilidad, incluso dentro de España en la universidad. El CSIC es muy rígido: es difícil contratar, comprar material, etc. Hay que tener en cuenta que para hacer ciencia hay que generar un entorno favorable.

 

¿Qué podrías decirnos de los conferenciantes invitados? ¿Por qué les habéis seleccionado?

Hemos elegido cinco personas que ilustran distintos ámbitos de la biología evolutiva y que tienen interés por motivos diversos.

 

Empecemos con Jerry Coyne, un especialista en genética que nos va a hablar sobre especiación y biogeografía. Es un científico muy interesante, que ha publicado el libro '¿Por qué la evolución es verdadera?', en el que -entre otras cosas- explica cómo funciona la ciencia y porque no es comparable a mitos o supersticiones.

 

Richard Fortey es un excelente divulgador y además es, probablemente, el mayor experto en el mundo en unos organismos fascinantes como son los trilobites: un grupo de animales que fueron extraordinariamente abundantes, que dieron lugar a una gran cantidad de linajes y que, sin embargo, se extinguieron.

 

Nuestro tercer ponente invitado es José María Eirín que nos va a hablar sobre las histonas: unas moléculas clave en la evolución de la célula. Le hemos otorgado el premio Joven Investigador en Biología Evolutiva, que busca favorecer a la gente que está empezando, darles un impulso. Este tipo de premios es muy común en otros países, pero en España no hay premios así, aunque últimamente están cambiando las cosas. Se han presentado doce personas con un nivel bastante elevado, no ha sido fácil elegir; sin duda, la biología evolutiva tiene un gran futuro.

 

Helena Cronin va a dar una charla muy interesante y probablemente polémica. Ella estudia el ser humano desde una perspectiva evolutiva y defiende que desde la más tierna infancia hay claras diferencias en el comportamiento entre niños y niñas. Esas diferencias lógicamente tienen un trasfondo evolutivo: se ha seleccionado cierto tipo de características para los individuos que van a ser sexo femenino y otras para los que serán sexo masculino. Por ello, entiende que es absurdo forzar que haya una proporción idéntica de ambos sexos en algunas disciplinas. Por supuesto hay que dar oportunidades a todos, pero es evidente que en algunas materias van a destacar los hombres y en otras las mujeres porque evolutivamente somos así.

 

El último ponente invitado es Nick Lane, que también es un gran divulgador. Su conferencia versará sobre las mitocondrias y el origen de la vida compleja. Estos orgánulos con apariencia de bacterias, que es lo que fueron inicialmente, desempeñan un papel fundamental en el desarrollo de la vida y en su evolución.