Los anfibios colectados por Jiménez de la Espada en la expedición al Pacífico

Autor:
  • Carmen Martínez

 

La colección de anfibios reunida por la Comisión Científica del Pacífico (1862-1865) tiene un valor extraordinario, tanto histórico como científico. El Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) conserva 522 ejemplares recolectados por el gran zoólogo español Jiménez de la Espada, gran parte de los cuales han servido para describir la fauna herpetológica sudamericana.

 

A mediados del siglo XIX el poder e influencia de España en América se había debilitado. En 1860 el gobierno español, entonces bajo el reinado de Isabel II, organizó un viaje de circunnavegación con las fragatas Triunfo y Resolución para instalar una base naval en aguas del Pacífico sudamericano. Esta estación naval sería similar a la que ya existía en Montevideo y su principal objetivo era restablecer la presencia española en un área importante desde un punto de vista geoestratégico.


La preparación del viaje se prolongó a lo largo de dos años y tan sólo dos meses y medio antes de partir el gobierno optó por incorporar un equipo de naturalistas para colectar animales, plantas y minerales de ultramar, con los que enriquecer los fondos de los museos españoles. Asimismo, se quería participar en el importante programa de aclimatación promovido por la Société Impériale Zoologique d'Acclimatation. De este modo, lo que inicialmente constituía una empresa política se convirtió finalmente en un hito científico.


El equipo, conocido como la Comisión Científica del Pacífico, estaba formado por seis profesores vinculados al Museo de Ciencias Naturales de Madrid: tres zoólogos, un geólogo, un botánico y un antropólogo; y dos ayudantes, un taxidermista y un dibujante-fotógrafo. Durante la expedición los integrantes de la Comisión sufrieron un sinfín de contratiempos, ya que sus desplazamientos estaban supeditados a los movimientos de los buques de guerra en los que viajaban.


Hubo sin embargo un período especialmente fecundo en el que los naturalistas pudieron dedicarse plenamente a su labor científica. Se trata del ambicioso viaje que emprendieron los zoólogos Francisco de Paula Martínez y Sáez, y Marcos Jiménez de la Espada, junto con el antropólogo Manuel Almagro y el botánico Juan Isern, tras romper definitivamente con la escuadra naval. Este viaje les llevó de Guayaquil a Belém y durante el mismo exploraron los volcanes de los Andes ecuatoriales, herborizaron en zonas de una gran diversidad vegetal, observaron la fauna del alto Amazonas y estudiaron los usos y costumbres de diversas etnias amazónicas.


Del pundonor de estos hombres da fe su accidentado descenso por el río Napo, río amazónico al que desafiaron en una balsa que parecía una especie de arca de Noé -por la gran colección de animales vivos que llevaban- y el orgullo que sentían por haber logrado salvar sus notas y colecciones, aunque hubiesen perdido casi toda su ropa en un naufragio. Lástima que el epílogo de ese gran viaje sea la triste imagen de su vuelta a España en condiciones lamentables, hasta el punto que el botánico Isern fallecería al mes de su llegada.


Una figura clave de la Comisión Científica del Pacífico es Marcos Jiménez de la Espada, un naturalista de Cartagena (Murcia) que por aquel entonces era primer ayudante del Museo de Ciencias Naturales de Madrid. Por encargo de Graells, a la sazón director del Museo, Espada también gestionaba un pequeño zoológico de aclimatación que se instaló en el Jardín Botánico de Madrid a fines de la década de 1850. Durante los 43 años que permaneció vinculado al Museo ocupó generalmente puestos subordinados, con la mala fortuna de que falleció una semana antes de tomar posesión de la cátedra de Anatomía Comparada de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central.


Jiménez de la Espada sentía un interés genuino por los anfibios y a ellos dedicó su tesis de licenciatura: Los anfibios de Blainville y los batracios de Cuvier forman una clase aparte, leída en 1855. En ella defendía un criterio innovador para la época según el cual los anfibios eran un grupo independiente, al igual que las aves y los mamíferos. Esto iba en contra de la opinión generalizada de los zoólogos que sostenían que anfibios y reptiles formaban parte del mismo grupo. Lamentablemente no queda ningún ejemplar de la tesis ya que durante la Guerra Civil los documentos de la Universidad Central que empezaban por la letra 'J' fueron utilizados para hacer barricadas, según nos comenta José Enrique González Fernández, investigador del MNCN y antiguo conservador de la colección de herpetología.


Durante la expedición a Marcos Jiménez de la Espada se le encomendó supervisar la colecta de aves, mamíferos y reptiles terrestres. El número total de vertebrados recolectados sin contar los peces ascendió a 5.200 ejemplares, una cifra considerable si se tiene en cuenta la falta de medios y apoyo oficial. El grupo más numeroso fue el de las aves (3.478), seguidas de los anfibios (786), reptiles (687) y mamíferos (251). Hoy en día en el MNCN sólo se conserva el 60% de los animales colectados durante el viaje.


El naturalista murciano siempre fue consciente del gran valor de la colección que tanto esfuerzo costó reunir y traer a España, por lo que a su vuelta se aplicó con tesón al estudio de los anfibios. Publicó seis trabajos científicos sobre este grupo, uno de ellos muy importante: Vertebrados del Viaje al Pacífico: Batracios. Se trata de una obra clásica de la literatura herpetológica que en 1978 fue reeditada por la Society for the Study of Amphibians and Reptiles americana, en colaboración con el gobierno español. Hasta entonces, el libro era sólo una joya bibliográfica que pocas personas y bibliotecas poseían. Hay que destacar las siete magníficas láminas del artista Francisco Díaz Carreño, algunas de las cuales muestran especies de las que no existe información.


La colección de anfibios de la Comisión Científica del Pacífico tiene un valor extraordinario, tanto histórico como científico. Esta colección conserva 522 ejemplares recolectados por Jiménez de la Espada, gran parte de los cuales han servido para describir la fauna herpetológica sudamericana; el MNCN atesora 128 ejemplares tipo de 28 especies y subespecies distintas. La última revisión de la colección realizada por el anterior conservador, José Enrique González, ha permitido encontrar 20 especies que no habían sido citadas como colectadas por la Comisión.


Además de los ejemplares tipo descritos por Jimenez de la Espada, como la rana marsupial Gastrotheca testudinea, los ejemplares con mayor valor científico de la colección son aquellos que en la actualidad están extintos, como Atelopus ignescens; en peligro crítico de extinción, como Atelopus guanujo y Atelopus planispina; en peligro de extinción, Gastrotheca riobambae y vulnerable, Centrolene geckoideum. 'Otro espécimen muy valioso es el holotipo del sapo Bufo iserni (hoy en el género Rhinella), descrito por Jimenez de la Espada en 1875 y que no se ha vuelto a encontrar' señala la conservadora de la colección Marta Calvo, que añade: 'En la actualidad, muchos investigadores continúan pidiendo prestado este material como referencia taxonómica para la identificación de nuevas especies'.


Ignacio de la Riva, un investigador del MNCN especialista en anfibios tropicales, nos desvela un aspecto muy interesante: 'En la colección reunida por Jiménez de la Espada durante la expedición al Pacífico se conserva el anfibio más antiguo con quitridios registrado hasta la fecha. Se trata de una rana gigante del lago Titicaca Telmatobius culeus, que fue colectada en 1863. Sobre este tema estamos preparando un trabajo que publicaremos próximamente'.


Las colecciones históricas siguen deparando sorpresas y el Museo quiere compartirlas con todos vosotros. Si quieres recibir el Blog del MNCN no tienes más que solicitarlo en esta dirección: cmartinez@mncn.csic.es


Referencias bibliográficas:


Barreiro, A. J. 1926. Historia de la Comisión Científica del Pacífico (1862 a 1865). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid.


González-Fernández, J. E. 2006. Anfibios colectados por la Comisión Científica del Pacífico (entre 1862 y 1865) conservados en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid. Graellsia, 62(1): 111-158.