Los programas agroambientales deben aplicarse a mayor escala para aumentar la biodiversidad de los medios agrícolas

Autor:
  • Carmen Martínez

La biodiversidad de los ecosistemas agrícolas depende de factores que actúan a diferentes escalas espaciales. Un estudio del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) concluye que los programas agroambientales deben diseñarse a escalas más amplias que el campo de cultivo o la explotación agraria si se quiere incrementar la diversidad total de plantas.

 

Aunque desde una perspectiva estrictamente económica la intensificación agrícola ha supuesto un aumento neto en el rendimiento de las explotaciones agrarias, desde un punto de vista medioambiental sus resultados no son tan halagüeños, ya que ha provocado un empobrecimiento de la biodiversidad en los medios agrícolas.


Para revertir esta situación, los gobiernos de la Unión Europea, Norteamérica y Australia han puesto en marcha una serie de medidas con las que se pretende mitigar el impacto negativo de la intensificación en los ecosistemas agrícolas. Pero estas medidas tienen claras limitaciones debido a su carácter local -se aplican a nivel de parcelas o explotaciones agrarias- mientras que la intensificación agrícola se produce tanto a escala local como de paisaje.


Un estudio llevado a cabo por investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales y de la Universidad de Castilla-La Mancha ha examinado cómo contribuyen los distintos componentes de la diversidad a varias escalas espaciales a la diversidad total, y cómo estos mismos componentes responden a distintos factores como son: la aplicación de medidas agroambientales, el tamaño de los campos de cultivo, la conectividad y el mosaico paisajístico. Los resultados de esta investigación realizada en 32 campos de cultivo de cereal de tres regiones agrícolas del centro de España se han publicado en la revista Ecological Applications.


Generalmente, cuando se habla de diversidad se piensa en la riqueza de especies de un área concreta. Pero existen distintos tipos de diversidad dependiendo de la escala a la que se trabaje. De este modo, podemos hablar de diversidad alfa, cuando estudiamos la riqueza de especies en un contexto local, como puede ser un campo de cultivo; diversidad beta cuando examinamos cómo cambia el número especies presentes a lo largo de un gradiente ambiental o geográfico; o diversidad gamma si estudiamos la diversidad en una región.


Los elementos que más contribuyeron a la diversidad florística total fueron las diferencias en las especies de plantas presentes, entre regiones, y en segundo lugar, entre campos dentro de la misma región. La longitud de bordes naturales o semi-naturales (linderos) aumentó sensiblemente la riqueza de especies, tanto a escala local como regional; de hecho, de las casi 300 especies de plantas encontradas, más del 80% se localizaron en los bordes de los campos. Por el contrario, la aplicación de medidas agroambientales sólo aumentó la diversidad local. Estos resultados cuestionan, de algún modo, la efectividad de las medidas actuales ya que no benefician a los componentes que más contribuyen a la diversidad total.


Las medidas agroambientales más comúnmente aplicadas en España para preservar la diversidad de los campos cerealistas extensivos consisten básicamente en reducir la utilización de pesticidas y fertilizantes, restringir las prácticas agrícolas en ciertas fechas y dejar sin cultivar bandas de terreno equivalentes al 3% de la superficie de las parcelas.


Elena Concepción, investigadora del MNCN, apunta: 'Los programas agroambientales deben incorporar opciones de manejo en un rango más amplio de escalas espaciales dirigidas a conservar los bordes naturales o semi-naturales, así como otros hábitats no productivos, para mantener la diversidad total de plantas a escala regional, así como la migración de especies de plantas desde estos elementos naturales o semi-naturales hacia los cultivos'.

 

Referencia bibliográfica:
Concepción, E. D., Fernández-González, F., Díaz, M. 2012. Plant diversity partitioning in Mediterranean croplands: Effects of farming intensity, field edge and landscape context. Ecological Applications. doi/abs/10.1890/11-1471.1